¿Crees que tienes la capacidad de actuar a favor de la naturaleza, de los ecosistemas y la biodiversidad que habita en ellos? ¡Sí, la tienes! Como bien dice la inspiradora frase, “mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas puede cambiar el mundo.”
Seguro que en tu día a día ya aplicas algunos de estos 5 gestos y estás contribuyendo a reducir tu huella ecológica, pero vamos a ver qué más puedes hacer:
- Reducir los envases y reciclar: Cuando hay varias opciones, escoger la más sostenible: huir del plástico y sustituirlo por vidrio, además en comida el vidrio es inocuo y seguro, no desprende micro plásticos y es libre de bisfenol A (BPA). Usar bolsas de tela, llevar el túper a la compra y reciclar correctamente para evitar desechos que van a parar en los océanos o países del tercer mundo que no tienen gestión ambiental.
- Comprar menos, de mejor calidad y de bajo impacto ambiental: Se podría trasladar a cualquier aspecto de nuestras vidas, des de la alimentación, utensilios en casa, muebles, decoración, ropa, juguetes… además siempre que sea posible que su fabricación y reciclaje genere el menor impacto posible.
- Ahorrar energía y agua: Aislando mejor las casas se puede reducir drásticamente la cantidad de energía y ahorrar agua con aireadores en los grifos, cisternas de gran capacidad y electrodomésticos eficientes, además de apostar por iluminación led, duchas y evitar dejar nada enchufado o en standby.
- Alimentarte conscientemente: Comprar más productos ecológicos, vegetales y locales, evitando los de importación. Apostar por los productos que nos ofrece la naturaleza cuando es temporada, que son los que nuestro organismo necesita en ese momento, además de ser libres de tóxicos, repercutirá positiva y directamente a la salud, a la economía local y a la gestión de nuestros campos y medio ambiente reduciendo la huella de carbono derivada del transporte.
- Educando en temes ambientales: Como familias e instituciones estudiantiles debemos involucrar-nos para que nuestros jóvenes desarrollen su capacidad crítica y su compromiso ecológico. Y esto se consigue con un contacto real con la naturaleza, disfrutar de ella y de todos los beneficios que nos aporta.