Las legumbres son un alimento muy sano, ya que tienen un alto porcentaje en hidratos de carbono, además de ser una excelente fuente de fósforo -ayuda al mantenimiento de los huesos y el crecimiento de las células-, hierro -ayuda transportar el oxígeno a todo el organismo, por eso una falta de hierro hace estar cansado; es un mineral esencial en la adolescencia! -, zinc -tiene una función antioxidante-, potasio -mejora la concentración y la memoria, y vitaminas B.
Su riqueza en proteínas hace que sean un sustituto ideal a la carne, que demasiadas veces consumimos en exceso. También van bien para el estreñimiento y para prevenir problemas en el aparato digestivo. Además, se digieren lentamente, lo que da una sensación de estar llenoy satisfecho. Las legumbres aportan cantidades mínimas de los nutrientes que deben limitarse en la alimentación: sal, grasas saturadas, colesterol y azúcares.
Por sus propiedades nutritivas, deberían ser el plato principal algunas veces a la semana.
Aunque las legumbres de la agricultura tradicional puede que no contengan gluten (la agricultura intensiva ofrece soluciones que sólo cubren carencias a corto plazo, como el uso de insecticidas o de abonos solubles artificiales), con la agricultura ecológica no es tan sencillo, ya que necesitan rotación de cultivos, es decir, un tipo de cultivo diferente cada temporada (planta de hoja, leguminosa, planta de fruto, etc).
El objetivo de la rotación de cultivos es:
1. Mantener la biodiversidad para aprovechar las diferencias que tienen los cultivos en el ritmo de absorción de los nutrientes del sustrato. Por ejemplo, si el campo siempre se planta la misma hortaliza (con unos requerimientos muy altos de nutrientes), se irá «agotando» el sustrato y deberíamos fertilizar mucho más que si sólo la dejamos un año y el año siguiente la intercambiamos por otra planta poco exigente. De esta manera conseguimos compensar la pérdida gradual de fertilidad del suelo.
2. Es la manera que utiliza la mayoría de plantaciones ecológicas para hacer frente a plagas y enfermedades, ya que si cambiamos la planta, lo más probable es que desaparezca porque no le «gusta» su nuevo entorno.
3. La biodiversidad que proporciona hace que disminuyan las malas hierbas.
4. Se consigue un suelo más «vivo y sano» y se estimula la actividad de los microorganismos beneficiosos que viven en el sustrato.
Por este motivo decimos que son los primeros legumbres ecológicos SIN GLUTEN. «Cada cosecha anual está certificada por un laboratorio independiente.»
Cómo evitar las típicas flatulencias de la legumbre? Basta cocerlas bien o dejarlas en remojo entre seis y doce horas, para facilitar su cocción.
En Casa Amella las dejamos 12 horas en remojo, para evitar estas flatulencias y las cocemos al vapor, para que conserven todas sus propiedades.
Y no menos importante, tenemos el compromiso con nuestros agricultores de confianza de pactar la cosecha anual, fomentando la sostenibilidad económica y del territorio, ya que son legumbres con origen local, Anoia y Gallecs (Barcelona).
Qué legumbres tenemos en Casa Amella?
• Garbanzos pequeños ecológicos cocidos y secos.
• Lentejas pardinas ecológicas cocidas y secas.
• Judías del ganxet ecológicas cocidas.