Preparación: Dejamos las lentejas en remojo. Cuando ha pasado el tiempo suficiente las cocemos al vapor hasta que tienen su punto óptimo. Las envasamos con su agua de cocción y los esterilizamos.
La cocción al vapor le concede un sabor, olor y textura única, conservando al máximo sus propiedades.
Recomendamos no rechazar el agua de cocción ya que contiene vitaminas y minerales hidrosolubles.
Envasamos las lentejas sin ácido cítrico, ni ningún otro aditivo, por este motivo te puedes encontrar con la parte superior más oscura. Es un proceso de oxidación natural y no hay que rechazarla.
Esta variedad destaca por su tamaño, es la más grande de todas, y por su olor delicado y textura consistente que la hace ideal para los estofados.